Si le preguntáramos a un cerdo dónde le gustaría vivir, con gran seguridad diría que en la dehesa. Pero ¿qué es la dehesa y dónde la podemos encontrar?
La dehesa es un ecosistema derivado del bosque mediterráneo que se localiza en la zona suroeste de la Península Ibérica. Está constituido principalmente por especies como la encina, el alcornoque, los quejigos y otras especies herbáceas como la jara o la retama.
España posee casi la mitad de la superficie mundial de encinar. Hablamos de un total de 1.600.000 hectáreas distribuidas en Extremadura, Andalucía, Castilla La Mancha y Castilla León.
Por provincias
Badajoz 520.000 hectáreas Cáceres 420.000 hectáreas Córdoba 267.000 hectáreas Huelva 211.000 hectáreas Ciudad Real 191.000 hectáreas Sevilla 169.000 hectáreas Salamanca 133.000 hectáreas Toledo 123.000 hectáreas
Con menos de 100.000 hectáreas estaría Jaén, Granada, Cádiz, Málaga y Avila.
¿Por qué es lugar perfecto para los cerdos?
La dehesa es abundante en bellota, fruto rico en hidratos de carbono que se transforma fácilmente en grasas. Encinas alcornoques y quejigos maduran la bellota durante el otoño para que en invierno se alimente el cerdo ibérico. Durante la montanera el animal consumirá primero las bellotas dulces de las encinas dejando para el final las más amargas.
En su búsqueda de alimento por la dehesa va desarrollando sus extremidades y esto facilita que la grasa de la bellota se infiltre en su musculatura, así se forma el veteado de su carne. Llevado por su voracidad en los dos o tres meses que pase en la dehesa repondrá con bellotas al menos cuatro arrobas (46 Kg) y habrá días que llegará a consumir hasta 10 Kg.
La tradición de la crianza del cerdo ibérico en nuestros encinares ha favorecido la conservación y la adecuada explotación ganadera de este ecosistema. El pastoreo en régimen extensivo del cerdo ibérico en la dehesa permite su adecuado desarrollo físico lejos del estrés y el sometimiento del establo. Por tanto, tenemos que agradecer a la dehesa que los cerdos sean tan buenos :)
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